31 de diciembre de 2009


Viernes 1 de enero

No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso (Jer. 10:23).
Hay quienes cuestionan las palabras de Jeremías, pues piensan que si Dios nos otorgó la libertad de elegir, no es lógico que nos juzgue por hacer uso de ella. Sin embargo, no debemos olvidar que aunque la libertad de elección es un don divino, conlleva responsabilidades. Así es, tendremos que dar cuentas de todo lo que optemos por hacer y decir (Rom. 14:10). Jesús señaló: “De la abundancia del corazón habla la boca”. También dijo: “Del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias” (Mat. 12:34; 15:19). Como vemos, nuestras acciones y palabras revelan lo que hay en nuestro corazón, lo que realmente somos. Por eso los cristianos que son sensatos buscan siempre la guía divina. Para Jehová, tales cristianos son “rectos en su corazón”, de modo que les ‘hará el bien’ (Sal. 125:4). No dejemos que la terquedad o el amor a los placeres nos lleven a rechazar la guía divina. w08 15/4 2:9-11

16 de diciembre de 2009

10 de diciembre de 2009

?Quien ganara?

Un viejo cacique de una tribu estaba charlando con sus nietos, acerca de la vida.
Él les dijo:

Una gran pelea está ocurriendo dentro de mi ...
es entre dos lobos.



UNO de los lobos es …
el resentimiento,
la inferioridad,
el miedo,
la maldad,
la avaricia,
la mentira,
el egoísmo,
la envidia,
el rencor,
la culpa,
el dolor,
la ira,


El otro lobo, es …
la paz,
el amor,
la bondad,
la alegría,
la gratitud,
la sencillez,
la esperanza,
la serenidad,
la humildad,
la compasión
la sinceridad,
la misericordia,
la generosidad,



Y después agregó:
“Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro … de todos los seres de la Tierra.”

Los niños pensaron por unos instantes y uno de ellos preguntó a su abuelo:

- “¿Y cuál de los lobos crees que ganará?"

El viejo cacique respondió simplemente...


“El que alimentes"...

8 de diciembre de 2009

Miércoles 9 de diciembre
No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante (Gén. 2:18).
Una parte fundamental del propósito de Dios para la humanidad era que los matrimonios tuvieran hijos y llenaran la Tierra (Gén. 1:28). “Voy a hacerle una ayudante [al hombre], como complemento de él”, dijo Jehová. Entonces hizo que Adán cayera en un sueño profundo, y de su cuerpo perfecto tomó una costilla, a partir de la cual creó a una mujer perfecta, Eva. Cuando Jehová se la llevó al hombre, este dijo: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada”. Eva realmente complementaba a Adán, pues, pese a que ambos habían sido creados perfectos, a la imagen de Dios, cada uno tenía características y cualidades distintas del otro. Como hemos visto, fue Jehová quien instituyó el matrimonio. Y Adán y Eva no tuvieron ningún problema en aceptar esta institución divina mediante la cual recibirían apoyo el uno del otro (Gén. 1:27; 2:21-23). w08 15/3 2:1, 2

5 de diciembre de 2009

texto

Domingo 6 de diciembre
El amor nunca falla (1 Cor. 13:8).
A los discípulos de Jesús se nos identifica por el amor que nos tenemos (Juan 13:34, 35). De hecho, se nos manda que ‘nos amemos unos a otros’ (1 Juan 3:23). Pablo dice que el amor es sufrido y bondadoso. No es celoso, no se vanagloria, no se porta indecentemente ni busca sus propios intereses. Tampoco se siente provocado ni lleva cuenta del daño. Se regocija con la verdad, y no con la injusticia. Todo lo soporta, lo cree, lo espera y lo aguanta (1 Cor. 13:4-7). Si permitimos que el espíritu de Dios genere amor en nosotros, esta cualidad sin duda estará presente en nuestra relación con Dios y en el trato con nuestros semejantes (Mat. 22:37-39). El apóstol Juan escribió: “El que no ama permanece en la muerte. Todo el que odia a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene la vida eterna como cosa permanente en él” (1 Juan 3:14, 15). Si nos guiamos por el espíritu santo, manifestaremos amor a Dios, a nuestros hermanos en la fe y a otras personas. w07 15/7 2:7, 8

me reconforta este texto

Y Jehová es el que marcha delante de ti. Él mismo continuará contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente. No tengas miedo ni te aterrorices”.Deut.31:8, hacer esa palabras nuestars nos ayudan a seguir adealnte apesar de todo.

4 de diciembre de 2009

Texto biblico del dia

Con este propósito el Hijo de Dios fue manifestado, a saber, para desbaratar las obras del Diablo (1 Juan 3:8).
Hay varios factores que garantizan la resurrección. El principal es que es parte esencial del propósito de Jehová. Recordemos que Satanás indujo al hombre a pecar, lo que tuvo como inevitable consecuencia la muerte. De ahí que Jesús dijera del Diablo: “Ese era homicida cuando principió” (Juan 8:44). Pero Jehová prometió que su “mujer” —su organización en el cielo comparada a una esposa— tendría una “descendencia” que aplastaría la cabeza de “la serpiente original”, lo cual significa que eliminaría a Satanás (Gén. 3:1-6, 15; Rev. 12:9, 10; 20:10). A medida que Jehová iba revelando su propósito concerniente a la Descendencia mesiánica, quedó claro que esta haría más que acabar con Satanás. La muerte por el pecado que heredamos de Adán encabeza la lista de las obras que Jehová quiere que Jesucristo desbarate, o deshaga (Hech. 2:22-24; Rom. 6:23). w07 15/5 2:4

21 de noviembre de 2009

Domingo 22 de noviembre
¡Ay de los que son sabios a sus propios ojos [...]! (Isa. 5:21.)
No todo aquel a quien el mundo considera sabio lo es realmente a los ojos de Dios. Por ejemplo, Job habló con unos hombres que creían tener esa cualidad y llegó a la siguiente conclusión: “[Yo] no hallo a ningún sabio entre ustedes” (Job 17:10). El apóstol Pablo, por su parte, escribió sobre algunos hombres que rechazaban el conocimiento de Dios: “Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios” (Rom. 1:22). Entonces, ¿qué se requiere para ser verdaderamente sabios y, como resultado, recibir el favor divino? Proverbios 9:10 señala: “El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es lo que el entendimiento es”. La persona sabia debe tener un temor sano de Dios y respetar sus leyes. Y esto implica más que simplemente reconocer que Dios existe y que ha establecido normas. El discípulo Santiago escribió: “Que muestre por su conducta excelente sus obras” (Sant. 3:13). Así es, la verdadera sabiduría debe reflejarse en todo lo que hacemos y decimos. w08 15/3 4:2, 3

20 de noviembre de 2009



Sábado 21 de noviembre
Todos ellos serán enseñados por Jehová (Juan 6:45).
Tal como Jesús aprovechó la preparación que recibió de su Padre, nosotros podemos aprovechar el programa de educación que Jehová ha instaurado en nuestros días (Isa. 54:13). Hoy contamos con escuelas especializadas en preparar a los proclamadores del Reino. Seguramente todos hemos mejorado de una forma u otra gracias a las sesiones semanales de la Escuela del Ministerio Teocrático de nuestra congregación. Los precursores tienen además la oportunidad de asistir a la Escuela del Servicio de Precursor. Algunos ya han ido a dicha escuela por segunda vez. Los ancianos y siervos ministeriales pueden asistir a la Escuela del Ministerio del Reino a fin de mejorar su enseñanza y la atención que dan a sus hermanos. Y si son solteros, pueden ir también a la Escuela de Entrenamiento Ministerial, que los capacita para apoyar a los publicadores en el ministerio. Además, un gran número de hermanos y hermanas que han recibido asignaciones misionales han pasado por la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. w08 15/2 4:7

19 de noviembre de 2009



Viernes 20 de noviembre
Un compañero verdadero ama en todo tiempo (Pro. 17:17).
Dios espera que seamos leales a nuestros amigos. Jonatán, hijo del rey Saúl, entabló una sólida amistad con David. Cuando se enteró de que el muchacho había matado a Goliat, “la misma alma de [él] se ligó con el alma de David, y [él] empezó a amarlo como a su propia alma” (1 Sam. 18:1, 3). Fue Jonatán quien le advirtió que Saúl quería matarlo, y cuando David huyó, se reunieron para hacer un pacto. Más tarde, Jonatán defendió a David ante su padre, lo que casi le costó la vida. Aun así, volvió a buscar a su amigo para reafirmar los lazos que los unían (1 Sam. 20:24-41; 23:16-18). Jonatán murió en una batalla contra los filisteos (1 Sam. 31:6). Abatido, David cantó: “Estoy angustiado por ti, hermano mío, Jonatán, muy agradable me fuiste. Más maravilloso me fue tu amor que el amor procedente de mujeres” (2 Sam. 1:26). Se trataba de un profundo cariño fraternal que carecía de connotaciones sexuales. Sí, David y Jonatán eran verdaderos amigos. w08 15/2 2:7, 8


Jueves 19 de noviembre
Cesen de amoldarse a este sistema de cosas (Rom. 12:2).
En cierta ocasión, cuando Jesús estaba hablando a una muchedumbre, un hombre lo interrumpió para hacerle la siguiente petición: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia”. En respuesta, Jesús dio al hombre —y a todos los que estaban escuchando— una importante advertencia. Primero, les aconsejó que evitaran la codicia y, luego, para reforzar esta idea y hacerles pensar, contó una parábola. De modo que si queremos beneficiarnos del consejo de Jesús, nos conviene analizar lo que dijo para ver cómo aplicarlo en nuestra vida (Luc. 12:13-21). Antes de que el hombre lo interrumpiera, Jesús estaba hablando sobre el peligro de caer en la hipocresía, sobre tener valor para ‘confesar unión’ con el Hijo del hombre y sobre la ayuda que da el espíritu santo (Luc. 12:1-12). Pero en medio de una disertación tan profunda, el hombre lo interrumpió bruscamente para pedirle que actuara de árbitro en una disputa por bienes materiales. w07 1/8 1:2-4


Jueves 19 de noviembre
Cesen de amoldarse a este sistema de cosas (Rom. 12:2).
En cierta ocasión, cuando Jesús estaba hablando a una muchedumbre, un hombre lo interrumpió para hacerle la siguiente petición: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia”. En respuesta, Jesús dio al hombre —y a todos los que estaban escuchando— una importante advertencia. Primero, les aconsejó que evitaran la codicia y, luego, para reforzar esta idea y hacerles pensar, contó una parábola. De modo que si queremos beneficiarnos del consejo de Jesús, nos conviene analizar lo que dijo para ver cómo aplicarlo en nuestra vida (Luc. 12:13-21). Antes de que el hombre lo interrumpiera, Jesús estaba hablando sobre el peligro de caer en la hipocresía, sobre tener valor para ‘confesar unión’ con el Hijo del hombre y sobre la ayuda que da el espíritu santo (Luc. 12:1-12). Pero en medio de una disertación tan profunda, el hombre lo interrumpió bruscamente para pedirle que actuara de árbitro en una disputa por bienes materiales. w07 1/8 1:2-4

18 de noviembre de 2009


Miércoles 18 de noviembreDios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas (1 Juan 3:20).Si hemos cometido un pecado grave pero hemos dado los pasos que demuestran que estamos arrepentidos de verdad, nos consuelan las siguientes palabras del salmista: “[Jehová] no ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído sobre nosotros lo que merecemos. Porque así como los cielos son más altos que la tierra, su bondad amorosa es superior para con los que le temen. Tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones. Como un padre muestra misericordia a sus hijos, Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen. Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo” (Sal. 103:10-14). Nuestro corazón “no nos condena[rá]” si confiamos en Jehová, amamos a nuestros hermanos y no practicamos deliberadamente el pecado (1 Juan 3:19-22). w07 15/7 1:4-6

17 de noviembre de 2009

TEXTO DIARIO

Martes 17 de noviembre (Deu. 1:36)
a excepción de Caleb hijo de Jefuné. Él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que él pisó, debido al hecho de que ha seguido plenamente a Jehová.(Deu. 1:36)
Los cristianos debemos imitar a Caleb, un israelita que obedeció a Jehová en todo. Después de que el pueblo de Israel fuera liberado de Egipto en el siglo XVI antes de nuestra era, Moisés envió a doce espías a Canaán. Pero solo dos de ellos, Josué y Caleb, instaron a la gente a confiar en Jehová y a entrar en aquella tierra (Núm. 14:6-9). Unos cuarenta años después, tanto Caleb como Josué —que fue elegido por Dios para guiar al pueblo a la Tierra Prometida— estaban aún con vida, siguiendo fielmente a Jehová. En cambio, todo parece indicar que los otros diez espías murieron durante los cuarenta años que Israel pasó vagando en el desierto (Núm. 14:31-34). Si “[seguimos] plenamente a Jehová”, él nos ayudará, tal como ayudó al fiel y obediente Caleb. Así es, si le obedecemos en todo, aun en medio de grandes dificultades, Jehová nos otorgará su favor. Ahora bien, seguir a Dios como lo hizo Caleb, a lo largo de toda una vida, no es nada fácil. Pero, sin importar las dificultades que afrontemos, obedezcamos a Dios en todo y tengámoslo siempre presente. w08 15/2 1:11, 13

16 de noviembre de 2009

Texto Diario

Lunes 16 de noviembre

Hagan todas las cosas para la gloria de Dios (1 :Cor. 1031).
Debemos tener cuidado de que nuestras palabras y acciones no hagan tropezar a nadie (Efe. 4:29). Si amamos al prójimo, no haremos nada que estorbe el progreso espiritual de las personas que tienen culturas y antecedentes distintos a los nuestros. A menudo eso exige que estemos dispuestos a ceder (1 Cor. 10:32, 33). El amor a Jehová nos ayuda a vencer el orgullo. Tras una discusión que tuvieron los apóstoles acerca de quién era el más importante, Jesús puso a un niño en medio de ellos y les dijo: “Cualquiera que reciba a este niñito sobre la base de mi nombre, a mí me recibe también, y cualquiera que me recibe a mí, recibe también al que me envió. Porque el que se porta como uno de los menores entre todos ustedes es el que es grande” (Luc. 9:48; Mar. 9:36). A algunos de nosotros tal vez nos resulte muy difícil portarnos como “uno de los menores”, pues la imperfección y la inclinación al orgullo pueden hacer que queramos sobresalir. La humildad, en cambio, nos ayudará a ceder y dar honra a los demás (Rom. 12:10). w08 15/3 1:7, 8

15 de noviembre de 2009

Texto Diario

Domingo 15 de noviembre


Predica la palabra, ocúpate en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso; censura, corrige, exhorta, con toda gran paciencia y arte de enseñar (2 Tim. 4:2).
Nuestra comisión de predicar y hacer discípulos es cada día más urgente. Todos los años responden al mensaje miles de hombres y mujeres que están correctamente dispuestos para la vida eterna. Pero “el gran día de Jehová está cerca”, lo que significa que quienes aún están en la oscuridad espiritual “van trastabillando a la matanza” (Sof. 1:14; Pro. 24:11). Todavía podemos ayudar a estas personas. Pero para ello es fundamental que imitemos a los cristianos del siglo primero, que “continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús” (Hech. 5:42). Por consiguiente, sigamos su ejemplo: continuemos predicando pese a las adversidades, prestemos atención a nuestro “arte de enseñar” y demos testimonio a todo tipo de personas con imparcialidad. Así, tendremos la aprobación de Dios y cosecharemos muchas bendiciones (Gál. 6:9). w08 15/1 3:19, 20

13 de noviembre de 2009

?Que se debe ver en un futuro conyuge?

En vista de la seriedad que encierra el matrimonio, la mujer que desea tener buen éxito en él hace bien en casarse solo con un hombre al que pueda respetar... uno que sea estable y equilibrado, que tenga juicio sano, que pueda encargarse de responsabilidad y ser lo suficientemente maduro como para aceptar crítica útil. Pregúntese: ¿Será buen proveedor, buen padre a los hijos que quizás bendigan esta unión? ¿Tiene normas morales altas de modo que ambos puedan estar firmemente resueltos a mantener el lecho conyugal honorable e incontaminado? ¿Manifiesta él humildad y modestia, o es orgulloso y terco, uno que desea ostentar su posición de cabeza, que cree que siempre tiene la razón y no está dispuesto a razonar en cuanto a los asuntos que se presenten? El asociarse con el hombre por suficiente tiempo antes del matrimonio permitirá discernir estas cosas, especialmente si hay un apegarse a los principios bíblicos como la norma para juzgar.
28 De manera similar, el hombre que toma en serio el buen éxito de su matrimonio busca una esposa a la que pueda amar como a su propia carne. Ella debe complementarlo como socia o compañera en el establecimiento de un hogar. (Génesis 2:18) Ser buena ama de casa es una carrera que exige mucho de la persona y encierra diversas responsabilidades. Exige demostrar talentos de cocinera, decoradora, economista, madre, maestra, y mucho más. El papel de ella puede ser creativo y excitante, pues ofrece muchas oportunidades para el desarrollo y la satisfacción personal. La buena esposa, tal como el esposo de mérito, demuestra industriosidad: “Está vigilando cómo marchan los asuntos de su casa, y el pan de la pereza no come.”—Proverbios 31:27.
29 Sí, ambos hacen bien en pensar detenidamente en lo que ven... la evidencia de limpieza personal y disposición hacia el orden o la falta de ello; de diligencia o, en vez de eso, de pereza; de ser razonable y mostrar consideración y no de terquedad y egoísmo; de saber economizar o de prodigalidad; de aptitud en la manera de pensar que contribuya a un disfrute de la conversación y un enriquecimiento espiritual en vez de pereza mental que haga de la vida una rutina monótona de atender las necesidades físicas diarias y poco más de eso.
30 El respeto sincero entre las dos personas es un ingrediente clave para un matrimonio de éxito. Y esto también aplica a las expresiones de afecto durante el cortejo. La familiaridad indebida o la pasión sin freno puede abaratar la relación antes de que comience el matrimonio. La inmoralidad sexual no es buen fundamento sobre el cual comenzar a edificar un matrimonio. Revela una egoísta falta de preocupación por la felicidad futura de la otra persona. El fiero calor de la pasión que momentáneamente parece forjar un enlace irrompible puede enfriarse rápidamente y, dentro de unas semanas o hasta días, el matrimonio puede quedar convertido en cenizas.—Compare con el relato de la pasión de Amnón por Tamar, dado en 2 Samuel 13:1-19.
31 Los despliegues de pasión en el cortejo pueden sembrar semillas de dudas que posteriormente hagan surgir incertidumbre en cuanto al verdadero motivo que haya habido para el matrimonio. ¿Fue solamente para suministrar una salida a la pasión, o fue para compartir la vida con alguien a quien genuinamente se aprecia y ama como persona? La falta de gobierno de uno mismo antes del matrimonio con frecuencia anuncia falta de lo mismo después, y el resultado puede ser infidelidad e infelicidad. (Gálatas 5:22, 23) Malos recuerdos dejados por la inmoralidad premarital pueden ser estorbos para un ajuste emocional sin asperezas al matrimonio en sus primeras etapas.

26 de junio de 2009

19 de junio de 2009

de la realidad al dibujo y del dibujo la realidad


Mantengámonos castos salvaguardando el corazón





“Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.” (PROVERBIOS 4:23.)
EL CUADRO quizá parecía pasado de moda. Puede que no encajara con la decoración de la casa. Por la razón que fuera, su dueño no le encontraba mucha utilidad, así que terminó en una venta benéfica de objetos usados con una etiqueta que marcaba 29 dólares. Sin embargo, unos pocos años más tarde, se descubrió que su valor ascendía a casi un millón de dólares. En efecto, resultó que era una excepcional obra de arte. Imaginemos lo que sintió su anterior propietario cuando supo que había subestimado aquel tesoro.
2 Algo parecido suele ocurrir con la castidad, es decir, la pureza moral de una persona. Hoy día, muchísima gente le resta valor a su propia castidad. Algunos consideran que está pasada de moda, que no encaja con la vida moderna, así que la venden barata, a menudo por unos pocos instantes de gratificación sexual. Y hay quienes la sacrifican para que sus compañeros o alguien del sexo opuesto tengan mejor opinión de ellos (Proverbios 13:20).
3 Muchos descubren muy tarde lo valiosa que era realmente su castidad. Con frecuencia se trata de una pérdida lamentable, pues, como expresa la Biblia, el resultado de la inmoralidad puede ser como veneno, “tan amargo como el ajenjo” (Proverbios 5:3, 4). En vista del clima de corrupción moral de hoy, ¿qué nos permitirá valorar y mantener nuestra castidad? Veamos tres pasos relacionados entre sí que podemos dar.
Salvaguardemos el corazón
4 La clave para mantenerse castos es proteger el corazón. La Biblia aconseja: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida” (Proverbios 4:23). ¿Qué significa la expresión “tu corazón”? No se trata del órgano físico, sino del corazón figurado. Se refiere a la persona que somos por dentro, lo que incluye los pensamientos, sentimientos y motivos. La Palabra de Dios nos dice: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital” (Deuteronomio 6:5). Jesús enseñó que este es el mayor mandamiento (Marcos 12:29, 30). Está claro que ese corazón tiene un valor inmenso, de modo que vale la pena que lo salvaguardemos.
5 Sin embargo, la Biblia también indica que “el corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado” (Jeremías 17:9). ¿Cómo puede el corazón ser traicionero, y representar por ello un peligro para nosotros? Pues bien, un automóvil, por ejemplo, es algo valioso, tanto que hasta puede salvarnos la vida en una emergencia. Pero si el conductor no lo domina ni controla constantemente el volante, ese mismo vehículo quizá se convierta en un arma mortal. De igual manera, si no salvaguardamos el corazón, estaremos a merced de todos los deseos e impulsos internos, y nuestra vida seguirá una trayectoria desastrosa. Como señala la Palabra de Dios, “el que confía en su propio corazón es estúpido, pero el que anda con sabiduría es el que escapará” (Proverbios 28:26). En efecto: podemos andar con sabiduría y escapar del desastre si nos dejamos guiar por la Biblia, como quien consulta un mapa de carreteras antes de emprender un viaje (Salmo 119:105).
6 El corazón no nos inclinará hacia la castidad de un modo natural, sino que debemos dirigirlo en esa dirección. Una forma de hacerlo es reflexionar en el auténtico valor de la castidad. Es una virtud muy relacionada con la santidad, la cual, a su vez, significa pureza, separación del pecado. La santidad es una cualidad preciosa que forma parte de la naturaleza misma de Jehová Dios. Cientos de versículos bíblicos la atribuyen al Creador. De hecho, las Escrituras enseñan que “la santidad pertenece a Jehová” (Éxodo 28:36). Pero ¿qué tiene que ver esta excelsa cualidad con nosotros, que somos seres humanos imperfectos?
7 Jehová nos manda en su Palabra: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). En efecto, podemos imitar la santidad de Dios; podemos ser puros ante él, mantenernos castos. De forma que cuando nos abstenemos de cometer actos impuros y deshonrosos, procuramos alcanzar un privilegio preciado y emocionante: el de reflejar una hermosa característica del Dios Altísimo (Efesios 5:1). No supongamos que eso está fuera de nuestras posibilidades, pues Jehová es un Amo sabio y razonable, que nunca nos pide más de lo que podemos dar (Salmo 103:13, 14; Santiago 3:17). Claro, conservar la pureza moral y espiritual requiere esfuerzo. Sin embargo, el apóstol Pablo indicó que “la sinceridad y castidad [...] se deben al Cristo” (2 Corintios 11:3). ¿Acaso no les debemos a Cristo y a su Padre todo esfuerzo por mantener la castidad? Al fin y al cabo, ellos nos han mostrado más amor del que jamás podremos darles a cambio (Juan 3:16; 15:13). Tenemos el privilegio de expresar nuestra gratitud llevando vidas que manifiesten moralidad y pureza. Ver la castidad de esta manera nos permitirá valorarla y salvaguardar el corazón.
8 También salvaguardamos el corazón por la forma en que nos alimentamos. Tenemos que nutrir regularmente la mente y el corazón con alimento espiritual sustancioso y concentrarnos en las buenas nuevas del Reino de Dios (Colosenses 3:2). Este hecho debe reflejarse incluso en nuestras conversaciones. Tener la fama de hablar sobre temas carnales o inmorales revela algo en cuanto a la condición de nuestro corazón (Lucas 6:45). Procuremos, más bien, que se nos conozca por conversar de asuntos espirituales y edificantes (Efesios 5:3). Hay graves peligros que debemos evitar para salvaguardar el corazón. Veamos dos de ellos.
Huyamos de la fornicación
9 El apóstol Pablo escribió bajo inspiración divina este útil consejo para salvaguardar el corazón y mantenerse castos: “Huyan de la fornicación” (1 Corintios 6:18). Observemos que no solo dijo: “Eviten la fornicación”. Los cristianos tenemos que ir más allá. Debemos huir de tales actos inmorales como huiríamos de un peligro mortal. Si pasamos por alto este consejo, será más probable que incurramos en inmoralidad grave y perdamos el favor de Dios.
10 Pensemos, por ejemplo, en una madre que baña a su hijo pequeño y lo viste para una ocasión importante. Él le pregunta si puede jugar fuera de la casa hasta que toda la familia salga, y ella accede con una condición. Le dice: “Ni siquiera te acerques a aquel charco de allí. Si te manchas, te voy a castigar”. Sin embargo, a los pocos minutos, ve que el pequeño se tambalea de puntillas en la orilla misma del charco. Aún no se ha ensuciado... al menos por el momento. Pero ha pasado por alto la advertencia de no acercarse al charco, y es casi seguro que se ensuciará (Proverbios 22:15). Pues bien, aunque parezca mentira, muchos jóvenes y adultos cometen el mismo error. ¿A qué nos referimos?
11 En estos tiempos en los que tantos se han entregado “a apetitos sexuales vergonzosos”, ha surgido toda una industria que promueve las relaciones sexuales ilícitas (Romanos 1:26, 27). La pornografía prolifera como una plaga en revistas, libros y videocintas, así como en Internet. Está claro que quienes optan por introducir tales imágenes en la mente no están huyendo de la fornicación. Juegan con ella, tambaleándose en el mismo borde y desdeñando la advertencia bíblica. En vez de proteger el corazón, lo envenenan con gráficas imágenes que tal vez tarden años en desvanecerse de su memoria (Proverbios 6:27). Aprendamos del fiel Job, quien estableció un pacto, un compromiso formal, con sus propios ojos para no exponerlos a aquello que solo serviría para tentarlo a hacer lo malo (Job 31:1). ¡Qué buen ejemplo para nosotros!
12 En particular, es vital ‘huir de la fornicación’ durante el noviazgo. Este debería ser un período gozoso, lleno de esperanza e ilusión, pero algunas parejas lo echan a perder por jugar con la inmoralidad. Al mismo tiempo, se privan mutuamente del mejor fundamento para un buen matrimonio: una relación basada en el amor altruista, el autodominio y la obediencia a Jehová Dios. Una pareja de novios cristiana incurrió en conducta inmoral. Después de casarse, ella admitió que su conciencia la atormentaba, hasta el punto de ensombrecer la alegría del día de la boda. “Muchas veces le he pedido a Jehová que me perdone —confesó—, pero aunque han pasado siete años, la conciencia me sigue acusando.” Es esencial que quienes cometan este tipo de pecado pidan ayuda a los ancianos de la congregación (Santiago 5:14, 15). Sin embargo, muchas parejas cristianas evitan sabiamente estos peligros durante su noviazgo (Proverbios 22:3). Limitan las expresiones de afecto, se hacen acompañar de alguien cuando salen y tienen mucho cuidado de no estar juntos en lugares solitarios.
13 Los cristianos que entran en un noviazgo con quienes no sirven a Jehová se exponen a terribles dificultades. Por ejemplo, ¿cómo podríamos unirnos a alguien que no ama a Jehová? Es fundamental que los cristianos se unan bajo un yugo únicamente con quienes aman al Creador y respetan sus normas de castidad. La Palabra de Dios nos aconseja: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque, ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad?” (2 Corintios 6:14).
14 El conocimiento también es esencial. En realidad, no podemos huir de la fornicación si no sabemos en qué consiste. En el mundo actual, hay quienes han adoptado un concepto falso del significado de “fornicación”. Se imaginan que, siempre y cuando se abstengan del acto sexual propiamente dicho, pueden satisfacer sus impulsos sexuales con alguien con quien no están casados. En un intento por reducir la cantidad de embarazos no deseados entre adolescentes, incluso respetadas instituciones médicas han animado a los jóvenes a participar en comportamientos sexuales pervertidos que no conllevan el riesgo de embarazo. Tal consejo es totalmente erróneo. Evitar el embarazo fuera del matrimonio no es lo mismo que mantenerse castos, y la verdadera definición de “fornicación” no es tan limitada ni estrecha.
15 La palabra griega por·néi·a, que se traduce “fornicación”, tiene un significado mucho más amplio. Abarca las relaciones sexuales con alguien que no sea el cónyuge, y se refiere al uso indebido de los órganos sexuales. Por·néi·a incluye actos como el sexo oral, el sexo anal y masturbar a otra persona, prácticas que suelen relacionarse con prostíbulos. Quienes piensan que tales actos no son “fornicación” se engañan a sí mismos y han caído en uno de los lazos de Satanás (2 Timoteo 2:26). Por otra parte, mantenerse castos implica más que abstenerse de cualquier conducta que constituya fornicación. Para ‘huir’ de ella debemos evitar toda forma de inmundicia sexual o conducta relajada que pueda llevarnos a cometer el grave pecado de por·néi·a (Efesios 4:19). Tan solo así nos mantendremos castos.
Evitemos los peligros del flirteo
16 Otro peligro contra el que debemos estar alerta para preservar la castidad es el flirteo. Quizá haya quien insista en que se trata de un pasatiempo inocente e inofensivo entre personas de distinto sexo. Hay que admitir que existe un momento y un lugar para las atenciones de tipo romántico. Por ejemplo, Isaac y Rebeca fueron vistos “divirtiéndose” juntos de un modo que demostraba que no eran simplemente hermanos (Génesis 26:7-9). Pero, claro, eran marido y mujer. Las muestras de afecto entre ellos no estaban fuera de lugar. Ahora bien, el flirteo es algo muy distinto.
17 El flirteo consiste en la manifestación de interés romántico sin verdadera intención de contraer matrimonio. Los humanos somos seres complejos, por lo que ese coqueteo puede sin duda adoptar innumerables formas, algunas muy sutiles (Proverbios 30:18, 19). Por tanto, establecer reglas rígidas de conducta no es el mejor modo de abordar el asunto. Más bien, se requiere algo más elevado: un autoexamen honrado y la aplicación concienzuda de los principios bíblicos.
18 Siendo sinceros, probablemente la mayoría de nosotros tengamos que admitir que nos sentimos halagados cuando percibimos que alguien del sexo opuesto manifiesta cierto interés romántico por nosotros. Eso es natural. Ahora bien, ¿coqueteamos para despertar tal interés con el único fin de satisfacer nuestro ego o provocar esa reacción en alguien? Si así es, ¿hemos pensado en el dolor que quizá estemos causando? Por ejemplo, Proverbios 13:12 dice: “La expectación pospuesta enferma el corazón”. Si deliberadamente flirteamos con alguien, es probable que no sepamos con exactitud qué efecto tendrá eso en él o ella. Tal vez se haga ilusiones de entrar en un noviazgo y casarse, y la consiguiente decepción puede ser demoledora (Proverbios 18:14). Jugar a sabiendas con los sentimientos ajenos es una crueldad.
19 Es especialmente importante guardarnos de coquetear con personas casadas. No está bien demostrar interés romántico por ellas, ni que un casado lo demuestre por alguien que no sea su cónyuge. Por desgracia, algunos cristianos han creído erróneamente que no es malo cultivar tales sentimientos por personas del sexo opuesto ajenas a su matrimonio. Hay quienes confían a tal “amigo” o “amiga” sus inquietudes más profundas, y hasta pensamientos íntimos que no revelan a su cónyuge. El resultado es que los sentimientos románticos crecen hasta convertirse en una dependencia emocional que socava y destruye la unión marital. Los cristianos casados hacen bien en recordar la sabia advertencia de Jesús: el adulterio empieza en el corazón (Mateo 5:28). Por lo tanto, protejamos el corazón y evitemos situaciones que pueden acarrear consecuencias tan terribles.
20 Hay que admitir que no es fácil conservar la castidad en un mundo tan inmoral como este. Pero recordemos que es mucho más fácil conservarla que recuperarla una vez perdida. Claro, Jehová puede perdonar “en gran manera” y limpiar a quienes en verdad se arrepienten de sus pecados (Isaías 55:7). Sin embargo, no escuda de las consecuencias de sus actos a quienes incurren en la inmoralidad. Las secuelas pueden durar años, quizá toda la vida (2 Samuel 12:9-12). Mantengamos a toda costa nuestra castidad salvaguardando el corazón. Valoremos como un preciado tesoro la posición pura y casta que tenemos ante Dios, y jamás, jamás la perdamos.
¿Qué respondería?
• ¿En qué consiste la castidad, y por qué es tan importante?
• ¿Cómo podemos salvaguardar el corazón?
• ¿Qué entraña huir de la fornicación?
• ¿Por qué debemos evitar el flirteo?
[Preguntas del estudio]
1-3. a) ¿Cómo demuestra mucha gente que no valora su propia castidad? Ilústrelo. b) ¿Por qué es importante que examinemos el valor de la castidad?
4. ¿Qué es el corazón figurado, y por qué debemos salvaguardarlo?
5. ¿Cómo puede el corazón ser valioso y peligroso a la vez?
6, 7. a) ¿En qué consiste la santidad, y por qué es importante para los siervos de Jehová? b) ¿Por qué podemos estar seguros de que los seres humanos imperfectos podemos reflejar la santidad de Jehová?
8. a) ¿Cómo podemos nutrir el corazón figurado? b) ¿Qué pueden revelar de nosotros nuestras conversaciones?
9-11. a) ¿Por qué es más probable que incurran en inmoralidad grave quienes pasan por alto el consejo de 1 Corintios 6:18? Ilústrelo. b) ¿Qué evitaremos si realmente estamos huyendo de la fornicación? c) ¿Qué buen ejemplo nos dio el fiel Job?
12. ¿Cómo pueden ‘huir de la fornicación’ las parejas de novios cristianas?
13. ¿Por qué no deben los cristianos entrar en un noviazgo con alguien que no sirve a Jehová?
14, 15. a) ¿Qué punto de vista erróneo tienen algunos sobre el significado de “fornicación”? b) ¿Qué clase de actos incluye la “fornicación”, y cómo pueden los cristianos ‘huir’ de ella?
16. ¿En qué marco son apropiadas las atenciones de tipo romántico, tal como ilustra qué ejemplo bíblico?
17. ¿En qué consiste el flirteo, y cómo podemos reprimir tal tendencia?
18. ¿Qué impulsa a algunos a flirtear, y por qué es dañino tal proceder?
19. ¿Cómo puede el coqueteo poner en peligro matrimonios cristianos?
20. ¿Cómo debemos considerar nuestra castidad?