Jueves 19 de noviembre
Cesen de amoldarse a este sistema de cosas (Rom. 12:2).
En cierta ocasión, cuando Jesús estaba hablando a una muchedumbre, un hombre lo interrumpió para hacerle la siguiente petición: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia”. En respuesta, Jesús dio al hombre —y a todos los que estaban escuchando— una importante advertencia. Primero, les aconsejó que evitaran la codicia y, luego, para reforzar esta idea y hacerles pensar, contó una parábola. De modo que si queremos beneficiarnos del consejo de Jesús, nos conviene analizar lo que dijo para ver cómo aplicarlo en nuestra vida (Luc. 12:13-21). Antes de que el hombre lo interrumpiera, Jesús estaba hablando sobre el peligro de caer en la hipocresía, sobre tener valor para ‘confesar unión’ con el Hijo del hombre y sobre la ayuda que da el espíritu santo (Luc. 12:1-12). Pero en medio de una disertación tan profunda, el hombre lo interrumpió bruscamente para pedirle que actuara de árbitro en una disputa por bienes materiales. w07 1/8 1:2-4
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