21 de noviembre de 2009

Domingo 22 de noviembre
¡Ay de los que son sabios a sus propios ojos [...]! (Isa. 5:21.)
No todo aquel a quien el mundo considera sabio lo es realmente a los ojos de Dios. Por ejemplo, Job habló con unos hombres que creían tener esa cualidad y llegó a la siguiente conclusión: “[Yo] no hallo a ningún sabio entre ustedes” (Job 17:10). El apóstol Pablo, por su parte, escribió sobre algunos hombres que rechazaban el conocimiento de Dios: “Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios” (Rom. 1:22). Entonces, ¿qué se requiere para ser verdaderamente sabios y, como resultado, recibir el favor divino? Proverbios 9:10 señala: “El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es lo que el entendimiento es”. La persona sabia debe tener un temor sano de Dios y respetar sus leyes. Y esto implica más que simplemente reconocer que Dios existe y que ha establecido normas. El discípulo Santiago escribió: “Que muestre por su conducta excelente sus obras” (Sant. 3:13). Así es, la verdadera sabiduría debe reflejarse en todo lo que hacemos y decimos. w08 15/3 4:2, 3

20 de noviembre de 2009



Sábado 21 de noviembre
Todos ellos serán enseñados por Jehová (Juan 6:45).
Tal como Jesús aprovechó la preparación que recibió de su Padre, nosotros podemos aprovechar el programa de educación que Jehová ha instaurado en nuestros días (Isa. 54:13). Hoy contamos con escuelas especializadas en preparar a los proclamadores del Reino. Seguramente todos hemos mejorado de una forma u otra gracias a las sesiones semanales de la Escuela del Ministerio Teocrático de nuestra congregación. Los precursores tienen además la oportunidad de asistir a la Escuela del Servicio de Precursor. Algunos ya han ido a dicha escuela por segunda vez. Los ancianos y siervos ministeriales pueden asistir a la Escuela del Ministerio del Reino a fin de mejorar su enseñanza y la atención que dan a sus hermanos. Y si son solteros, pueden ir también a la Escuela de Entrenamiento Ministerial, que los capacita para apoyar a los publicadores en el ministerio. Además, un gran número de hermanos y hermanas que han recibido asignaciones misionales han pasado por la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. w08 15/2 4:7

19 de noviembre de 2009



Viernes 20 de noviembre
Un compañero verdadero ama en todo tiempo (Pro. 17:17).
Dios espera que seamos leales a nuestros amigos. Jonatán, hijo del rey Saúl, entabló una sólida amistad con David. Cuando se enteró de que el muchacho había matado a Goliat, “la misma alma de [él] se ligó con el alma de David, y [él] empezó a amarlo como a su propia alma” (1 Sam. 18:1, 3). Fue Jonatán quien le advirtió que Saúl quería matarlo, y cuando David huyó, se reunieron para hacer un pacto. Más tarde, Jonatán defendió a David ante su padre, lo que casi le costó la vida. Aun así, volvió a buscar a su amigo para reafirmar los lazos que los unían (1 Sam. 20:24-41; 23:16-18). Jonatán murió en una batalla contra los filisteos (1 Sam. 31:6). Abatido, David cantó: “Estoy angustiado por ti, hermano mío, Jonatán, muy agradable me fuiste. Más maravilloso me fue tu amor que el amor procedente de mujeres” (2 Sam. 1:26). Se trataba de un profundo cariño fraternal que carecía de connotaciones sexuales. Sí, David y Jonatán eran verdaderos amigos. w08 15/2 2:7, 8


Jueves 19 de noviembre
Cesen de amoldarse a este sistema de cosas (Rom. 12:2).
En cierta ocasión, cuando Jesús estaba hablando a una muchedumbre, un hombre lo interrumpió para hacerle la siguiente petición: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia”. En respuesta, Jesús dio al hombre —y a todos los que estaban escuchando— una importante advertencia. Primero, les aconsejó que evitaran la codicia y, luego, para reforzar esta idea y hacerles pensar, contó una parábola. De modo que si queremos beneficiarnos del consejo de Jesús, nos conviene analizar lo que dijo para ver cómo aplicarlo en nuestra vida (Luc. 12:13-21). Antes de que el hombre lo interrumpiera, Jesús estaba hablando sobre el peligro de caer en la hipocresía, sobre tener valor para ‘confesar unión’ con el Hijo del hombre y sobre la ayuda que da el espíritu santo (Luc. 12:1-12). Pero en medio de una disertación tan profunda, el hombre lo interrumpió bruscamente para pedirle que actuara de árbitro en una disputa por bienes materiales. w07 1/8 1:2-4


Jueves 19 de noviembre
Cesen de amoldarse a este sistema de cosas (Rom. 12:2).
En cierta ocasión, cuando Jesús estaba hablando a una muchedumbre, un hombre lo interrumpió para hacerle la siguiente petición: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia”. En respuesta, Jesús dio al hombre —y a todos los que estaban escuchando— una importante advertencia. Primero, les aconsejó que evitaran la codicia y, luego, para reforzar esta idea y hacerles pensar, contó una parábola. De modo que si queremos beneficiarnos del consejo de Jesús, nos conviene analizar lo que dijo para ver cómo aplicarlo en nuestra vida (Luc. 12:13-21). Antes de que el hombre lo interrumpiera, Jesús estaba hablando sobre el peligro de caer en la hipocresía, sobre tener valor para ‘confesar unión’ con el Hijo del hombre y sobre la ayuda que da el espíritu santo (Luc. 12:1-12). Pero en medio de una disertación tan profunda, el hombre lo interrumpió bruscamente para pedirle que actuara de árbitro en una disputa por bienes materiales. w07 1/8 1:2-4

18 de noviembre de 2009


Miércoles 18 de noviembreDios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas (1 Juan 3:20).Si hemos cometido un pecado grave pero hemos dado los pasos que demuestran que estamos arrepentidos de verdad, nos consuelan las siguientes palabras del salmista: “[Jehová] no ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído sobre nosotros lo que merecemos. Porque así como los cielos son más altos que la tierra, su bondad amorosa es superior para con los que le temen. Tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones. Como un padre muestra misericordia a sus hijos, Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen. Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo” (Sal. 103:10-14). Nuestro corazón “no nos condena[rá]” si confiamos en Jehová, amamos a nuestros hermanos y no practicamos deliberadamente el pecado (1 Juan 3:19-22). w07 15/7 1:4-6

17 de noviembre de 2009

TEXTO DIARIO

Martes 17 de noviembre (Deu. 1:36)
a excepción de Caleb hijo de Jefuné. Él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que él pisó, debido al hecho de que ha seguido plenamente a Jehová.(Deu. 1:36)
Los cristianos debemos imitar a Caleb, un israelita que obedeció a Jehová en todo. Después de que el pueblo de Israel fuera liberado de Egipto en el siglo XVI antes de nuestra era, Moisés envió a doce espías a Canaán. Pero solo dos de ellos, Josué y Caleb, instaron a la gente a confiar en Jehová y a entrar en aquella tierra (Núm. 14:6-9). Unos cuarenta años después, tanto Caleb como Josué —que fue elegido por Dios para guiar al pueblo a la Tierra Prometida— estaban aún con vida, siguiendo fielmente a Jehová. En cambio, todo parece indicar que los otros diez espías murieron durante los cuarenta años que Israel pasó vagando en el desierto (Núm. 14:31-34). Si “[seguimos] plenamente a Jehová”, él nos ayudará, tal como ayudó al fiel y obediente Caleb. Así es, si le obedecemos en todo, aun en medio de grandes dificultades, Jehová nos otorgará su favor. Ahora bien, seguir a Dios como lo hizo Caleb, a lo largo de toda una vida, no es nada fácil. Pero, sin importar las dificultades que afrontemos, obedezcamos a Dios en todo y tengámoslo siempre presente. w08 15/2 1:11, 13

16 de noviembre de 2009

Texto Diario

Lunes 16 de noviembre

Hagan todas las cosas para la gloria de Dios (1 :Cor. 1031).
Debemos tener cuidado de que nuestras palabras y acciones no hagan tropezar a nadie (Efe. 4:29). Si amamos al prójimo, no haremos nada que estorbe el progreso espiritual de las personas que tienen culturas y antecedentes distintos a los nuestros. A menudo eso exige que estemos dispuestos a ceder (1 Cor. 10:32, 33). El amor a Jehová nos ayuda a vencer el orgullo. Tras una discusión que tuvieron los apóstoles acerca de quién era el más importante, Jesús puso a un niño en medio de ellos y les dijo: “Cualquiera que reciba a este niñito sobre la base de mi nombre, a mí me recibe también, y cualquiera que me recibe a mí, recibe también al que me envió. Porque el que se porta como uno de los menores entre todos ustedes es el que es grande” (Luc. 9:48; Mar. 9:36). A algunos de nosotros tal vez nos resulte muy difícil portarnos como “uno de los menores”, pues la imperfección y la inclinación al orgullo pueden hacer que queramos sobresalir. La humildad, en cambio, nos ayudará a ceder y dar honra a los demás (Rom. 12:10). w08 15/3 1:7, 8

15 de noviembre de 2009

Texto Diario

Domingo 15 de noviembre


Predica la palabra, ocúpate en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso; censura, corrige, exhorta, con toda gran paciencia y arte de enseñar (2 Tim. 4:2).
Nuestra comisión de predicar y hacer discípulos es cada día más urgente. Todos los años responden al mensaje miles de hombres y mujeres que están correctamente dispuestos para la vida eterna. Pero “el gran día de Jehová está cerca”, lo que significa que quienes aún están en la oscuridad espiritual “van trastabillando a la matanza” (Sof. 1:14; Pro. 24:11). Todavía podemos ayudar a estas personas. Pero para ello es fundamental que imitemos a los cristianos del siglo primero, que “continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús” (Hech. 5:42). Por consiguiente, sigamos su ejemplo: continuemos predicando pese a las adversidades, prestemos atención a nuestro “arte de enseñar” y demos testimonio a todo tipo de personas con imparcialidad. Así, tendremos la aprobación de Dios y cosecharemos muchas bendiciones (Gál. 6:9). w08 15/1 3:19, 20

13 de noviembre de 2009

?Que se debe ver en un futuro conyuge?

En vista de la seriedad que encierra el matrimonio, la mujer que desea tener buen éxito en él hace bien en casarse solo con un hombre al que pueda respetar... uno que sea estable y equilibrado, que tenga juicio sano, que pueda encargarse de responsabilidad y ser lo suficientemente maduro como para aceptar crítica útil. Pregúntese: ¿Será buen proveedor, buen padre a los hijos que quizás bendigan esta unión? ¿Tiene normas morales altas de modo que ambos puedan estar firmemente resueltos a mantener el lecho conyugal honorable e incontaminado? ¿Manifiesta él humildad y modestia, o es orgulloso y terco, uno que desea ostentar su posición de cabeza, que cree que siempre tiene la razón y no está dispuesto a razonar en cuanto a los asuntos que se presenten? El asociarse con el hombre por suficiente tiempo antes del matrimonio permitirá discernir estas cosas, especialmente si hay un apegarse a los principios bíblicos como la norma para juzgar.
28 De manera similar, el hombre que toma en serio el buen éxito de su matrimonio busca una esposa a la que pueda amar como a su propia carne. Ella debe complementarlo como socia o compañera en el establecimiento de un hogar. (Génesis 2:18) Ser buena ama de casa es una carrera que exige mucho de la persona y encierra diversas responsabilidades. Exige demostrar talentos de cocinera, decoradora, economista, madre, maestra, y mucho más. El papel de ella puede ser creativo y excitante, pues ofrece muchas oportunidades para el desarrollo y la satisfacción personal. La buena esposa, tal como el esposo de mérito, demuestra industriosidad: “Está vigilando cómo marchan los asuntos de su casa, y el pan de la pereza no come.”—Proverbios 31:27.
29 Sí, ambos hacen bien en pensar detenidamente en lo que ven... la evidencia de limpieza personal y disposición hacia el orden o la falta de ello; de diligencia o, en vez de eso, de pereza; de ser razonable y mostrar consideración y no de terquedad y egoísmo; de saber economizar o de prodigalidad; de aptitud en la manera de pensar que contribuya a un disfrute de la conversación y un enriquecimiento espiritual en vez de pereza mental que haga de la vida una rutina monótona de atender las necesidades físicas diarias y poco más de eso.
30 El respeto sincero entre las dos personas es un ingrediente clave para un matrimonio de éxito. Y esto también aplica a las expresiones de afecto durante el cortejo. La familiaridad indebida o la pasión sin freno puede abaratar la relación antes de que comience el matrimonio. La inmoralidad sexual no es buen fundamento sobre el cual comenzar a edificar un matrimonio. Revela una egoísta falta de preocupación por la felicidad futura de la otra persona. El fiero calor de la pasión que momentáneamente parece forjar un enlace irrompible puede enfriarse rápidamente y, dentro de unas semanas o hasta días, el matrimonio puede quedar convertido en cenizas.—Compare con el relato de la pasión de Amnón por Tamar, dado en 2 Samuel 13:1-19.
31 Los despliegues de pasión en el cortejo pueden sembrar semillas de dudas que posteriormente hagan surgir incertidumbre en cuanto al verdadero motivo que haya habido para el matrimonio. ¿Fue solamente para suministrar una salida a la pasión, o fue para compartir la vida con alguien a quien genuinamente se aprecia y ama como persona? La falta de gobierno de uno mismo antes del matrimonio con frecuencia anuncia falta de lo mismo después, y el resultado puede ser infidelidad e infelicidad. (Gálatas 5:22, 23) Malos recuerdos dejados por la inmoralidad premarital pueden ser estorbos para un ajuste emocional sin asperezas al matrimonio en sus primeras etapas.