Viernes 1 de enero
No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso (Jer. 10:23).
Hay quienes cuestionan las palabras de Jeremías, pues piensan que si Dios nos otorgó la libertad de elegir, no es lógico que nos juzgue por hacer uso de ella. Sin embargo, no debemos olvidar que aunque la libertad de elección es un don divino, conlleva responsabilidades. Así es, tendremos que dar cuentas de todo lo que optemos por hacer y decir (Rom. 14:10). Jesús señaló: “De la abundancia del corazón habla la boca”. También dijo: “Del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias” (Mat. 12:34; 15:19). Como vemos, nuestras acciones y palabras revelan lo que hay en nuestro corazón, lo que realmente somos. Por eso los cristianos que son sensatos buscan siempre la guía divina. Para Jehová, tales cristianos son “rectos en su corazón”, de modo que les ‘hará el bien’ (Sal. 125:4). No dejemos que la terquedad o el amor a los placeres nos lleven a rechazar la guía divina. w08 15/4 2:9-11